miércoles, 6 de marzo de 2013

LOS ANIMALES COMO OBJETO DE EXPERIMENTACIÓN


Por: Alexandra Londoño Marín    

La ciencia como todo arte es curiosa, busca innovar, considerar posibilidades, experimentar y por naturaleza tiende a mudar conocimientos y teorías constantemente.

Entre los objetivos de la ciencia esta la búsqueda de la verdad, probar toda hipótesis o conocimiento es su base, y comúnmente divulgarla al mundo para saciar lo mejor posible, la mente escéptica del hombre moderno y aportar al mejoramiento de la calidad de vida es su fin. Los científicos experimentan hasta donde les sea posible, hoy en día se tiene muy presente que la búsqueda de un conocimiento tiene unos límites, que son impuestos tanto por la ética y la moral personal como por la profesional, cuyos principios trazan la frontera de lo que está bien o mal en la búsqueda de una verdad o en la ejecución de una acción.

Los aportes científicos han contribuido en su mayoría al mejoramiento, mantenimiento y prolongación de la vida, sus investigaciones han llevado a la materialización de soluciones muy efectivas para curar enfermedades, prevenirlas, o simplemente potenciar una buena salud y estética. Todas las investigaciones, proyectos científicos y productos industriales de uso humano, antes de salir al mercado o al servicio de la comunidad son sometidos a un diagnóstico de prueba donde se evidencia la calidad y efectividad del producto final, los científicos en este punto del proceso tienen como objeto principal de experimentación pequeños mamíferos, como: conejos, ratones, gatos, perros, monos entre muchos otros animales, similares o no al humano. Frente a estas acciones, hay científicos y entidades que toman conciencia y respetan la vida animal, son muy limitados al momento de trabajar con ellos, dejándolos como última opción para experimentar y evitar cualquier daño; somos conscientes que la experimentación en una investigación es crucial para su éxito y para el avance general de la ciencia y es muy positivo pero, todo es bueno y aceptable siempre y cuando se tenga respeto por la vida, no se abuse, ni se torture al animal; tristemente no todos los científicos, industrias o entidades, piensan y actúan bajo los mismos parámetros éticos, hay algunos que experimentan desmesuradamente con ellos, muchas veces innecesariamente y olvidan al parecer que también son seres vivos, sensibles a los cambios y a los tratos como nosotros, que el hecho de que no hablen u objecionen no significa que no sientan.

La experimentación científica con animales ha sido un tema controversial desde tiempos atrás, ha sido criticado y justificado, ha generado partido con luchas a favor y en contra; por un lado están los defensores de los animales que están en oposición a cualquier maltrato contra el animal, que  defienden que no hay justificación alguna en dañar animales para propósitos humanos; por otro lado hay quienes justifican que estos experimentos son vitales para la protección de los humanos e incluso para la salud y seguridad de los propios animales y defienden que un animal puede ser usado para cualquier fin a nuestra voluntad.

Hay una línea intermedia entre ambos que acepta el uso de animales para experimentación pero, sólo bajo ciertas condiciones, esta línea la representan los bioeticistas y una mayoría de la población. Personalmente pienso que los animales son una gran ayuda para la ciencia, cualquier prueba es muy aplicable a ellos, se convierten por decirlo así, en el elemento principal que define el camino a la perfección pero, tal vez el error más grave esta precisamente  en que por alcanzar la perfección, los científicos se cierran en la obtención de un resultado, ignorando cualquier principio ético, olvidan que los animales son sensibles y se exceden sometiéndolos a un montón de pruebas rigurosas, algunas muy riesgosas sin ningún tipo de consideración o cuidado.

Los animales no son individuos al servicio de la ciencia, son solo víctimas y esclavos de la mente humana, en este caso de la experimentación científica.
“Descartes, comparaba a los animales con autómatas incapaces de pensamiento y de conciencia, carentes de alma y por tanto, sin sensibilidad alguna al dolor.”
“Desde el siglo XVI los animales son usados como "conejillos de Indias" para conocer los misterios del cuerpo, de la circulación sanguí­nea, de la conformación fisiológica, pero también de los efectos de medicinas, venenos, sustancias y la inocuidad de los procedimientos cientí­ficos e industriales.”
 “En los laboratorios, los animales son usados principalmente para los test de toxicidad (el test Draize, el DL50, el Test de Toxicidad Dermal y de Toxicidad Oral; los estudios de Inmersión, de Inyección e Inhalación), en éstos, los animales son sometidos a dosis letales de todo tipo de ingredientes, a pruebas alergénicas y de irritación - ulceración cutánea, a pruebas de inhalación e inyección de tóxicos, de armas biológicas y quí­micas, de resistencia a la falta de atmósfera o gravedad, de medicamentos y fármacos, e incluso, de alimentos para animales de compañía.”(AnimaNaturalis.org. Portal Hispanoamericano. Animales en laboratorios, la problemática y cruel existencia de animales encerrados en los laboratorios del mundo). 

Difícilmente podemos evitar sentir rabia y dolor ante este tipo de pensamiento y comportamiento; defender a los animales, rechazar  el maltrato y actuar en pro de sus derechos, ya es una misión para muchos.

El uso de animales con fines experimentales es aplicado a campos de la ciencia como la medicina, la física, la biología, tanto en la docencia como en la investigación y en grandes industrias como la cosmética, la militar, la armamentista, la química. Sabemos que cada uno de estos campos ha contribuido por mucho a la sociedad con los avances científicos y la innovación  de productos y tecnologías para la salud, la seguridad, la belleza; pero, que hay detrás de tanta maravilla, lo que tantos ignoramos, las consecuencias por la obtención de buenos productos las pagan los más inocentes, los animales; puestos a la suerte muchos son quemados, electrocutados, infectados con enfermedades como: herpes, sífilis, sida, sometidos a muy bajas temperaturas y confinados en una oscuridad total, sus ojos son extirpados o irritados, sus cerebros dañados y sus huesos rotos, Son inyectados, obligados a inhalar gas, envenenados y heridos con misiles de alta velocidad. 

Hay que Pensar si es justo y necesario llegar a tanto para la obtención de un conocimiento o una verdad, experimentar es necesario,  pero perder la razón y la sensibilidad hasta el punto de hacerle tanto daño a un ser vivo no se  justifica, para cualquier fin científico hay que hacer un uso racional y ético del medio que empleemos para llevarlo a cabo. ¿Cuál es el límite?

En el siglo XVIII se introdujeron cambios importantes en el pensamiento, surgió un “emotivismo” moral que desarrollo una mayor sensibilidad hacia el dolor animal y en 1831 Marshall Hall un medico y fisiólogo ingles, propuso cinco principios que debían gobernar la experimentación animal:

1.     La experimentación no debe realizarse si la observación puede sustituirla.
2.    Ningún experimento debe ser realizado sin un objetivo claro.
3.    Los científicos deben estar bien informados acerca de los experimentos de sus colegas, para evitar repeticiones innecesarias.
4.    Los experimentos justificados deben llevarse a cabo con el menor dolor posible.
5.    Cada experimento debe realizarse bajo circunstancias que den lugar a los resultados más claros y eviten la repetición de los mismos.

Estos son en esencia los mismos que vemos propuestos en la bioética actual y que a su vez han sido codificados en leyes y estatutos a escala internacional.
William Russel (zoólogo y psicólogo) y Rex Burch (microbiólogo) en 1959, introdujeron el principio de las tres Rs (remplazo, reducción y refinamiento) que proponían el empleo de alternativas que remplazaran el uso de animales en experimentación, que redujera su número en un trabajo particular o que se refinara un método existente con el fin de disminuir dolor o malestar al animal. Como resultado de estos principios se han creado e ingeniado una gran gama de técnicas (biológicas y no-biológicos) que pueden considerarse como alternativas apropiadas en la experimentación.

Desde que el  mundo, en especial los científicos tomaron mayor conciencia sobre sus acciones, se han constituido normas a nivel internacional y nacional que tratan de mejorar las condiciones y tratos que se les da a los animales de experimentación y fomentar un mayor respeto por la vida, estos plantean la importancia de darle un trato cálido y humano a los animales tanto por justicia y sensibilidad como por la viabilidad de los proyectos ya que, para obtener una respuesta o reacción acertada de algún estimulo aplicado al animal es necesario que él se encuentre saludable, cómodo,  limpio sin ningún grado de estrés o algún tipo de trastorno. “Afortunadamente sucede que los animales más apropiados para la investigación científica son aquellos que están saludables, mansos, cómodos y a satisfacción”. David Hume.

“Desde un punto de vista teórico, el estudio de las responsabilidades del hombre hacia los animales es importante porque obliga a replantear nuestras propuestos morales y porque promueve el desarrollo de ideales éticos más amplios. Desde un punto de vista práctico, ese estudio también es importante porque condiciona indirectamente el bienestar y tal vez la supervivencia de los hombres mismos, pues es evidente que en este momento de poderío tecnológico y crisis ecológica se hace necesario replantear la relación del hombre con su entorno biológico que favorezca el desarrollo sostenible y tenga en cuenta las generaciones futuras y la vida en general”. (www.bioeticaunbosque.edu.co. Afife Mrad de Osorio. Revista Colombiana de Bioética • vol. 1 no. 1, enero-junio de 2006. 167-168. UNIVERSIDAD EL BOSQUE-DEPARTAMENTO DE BIOÉTICA)

“Otra forma de enfocar la eticidad de la experimentación con animales y determinar sus límites es la adoptada en 1964 por la Asociación Médica Mundial, reunida en Helsinki. Esta declaró que la investigación biomédica en el hombre se debe apoyar sobre el sólido fundamento de experimentos en animales cuidadosamente realizados. En ello está en juego no sólo la justificación de los experimentos en animales sino que se postula expresamente que, en determinadas circunstancias, con el fin de una mejora de la atención médica de los pacientes, servirse de los experimentos en animales como método de investigación puede ser una auténtica obligación moral. Su utilización ha supuesto y supone notables avances en el conocimiento de los organismos vivos, en su fisiología y también en el estudio de las patologías. Siempre deben buscarse técnicas  alternativas, pero cuando no existan o no sean lo suficientemente eficaces debemos contar con la experimentación animal.”

“Así pues, en la actualidad, es aceptado que los animales de laboratorio pueden y deben ser utilizados como reactivos biológicos y ecológicos, en beneficio de la Ciencia y la Salud Pública. Sin embargo, no se puede olvidar que se trata de seres vivos, por lo que se les ha de procurar el mejor cuidado, reduciendo, en lo posible, el número de prácticas experimentales”. (Aranda García Ana, Pastor García Luis Miguel. Ética en la experimentación con animales. Bioética y ciencias de la salud, 4(3), 1-11.)

Siempre que se utilizan animales en investigación habremos de considerar que un objetivo tan importante como el de obtener resultados experimentales válidos será el de minimizar cualquier dolor o angustia que éstos puedan sufrir y evitar la pérdida de vidas innecesarias. Esto es importante tanto desde el punto de vista de la preocupación humanitaria como para cumplir con los requisitos de la legislación sobre animales de investigación y por rigor científico. ”Hay una correlación positiva entre lo humanitario y la eficiencia científica -la buena ciencia es la ciencia humanitaria.” Russel and Burch, 1959.

Hay que mantener un equilibrio, interactuar con nuestro ambiente y los seres que en el habitan, avanzar, trascender, sobrevivir sin necesidad de dañarlos o perjudicarlos. Apoyo a la ciencia con conciencia.

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