Por: Inique Tatiana Cano
La humanidad en
búsqueda de su supervivencia siempre ha extraído de la madre tierra todo para
suplir todas sus necesidades básicas, pero ahora con el avance de la tecnología,
y la sociedad cada vez mas inmersa en el consumismo la demanda de recursos es
mayor, lo que implica mayor cantidad de insumos y combustibles que permitan
sustentar esta economía creciente, el problema es que solo se está pensando en
el ahora, el planeta está siendo destruido, los ciclos de renovación natural
están siendo alterados lo que hace prever un futuro no muy prometedor.
El petróleo es un importante
combustible fósil extraído del interior de la tierra, utilizado para poner en funcionamiento todos
los medios de locomoción, excepto los mecánico o manuales y para la fabricación
de productos como el plástico, el polietileno, entre muchos otros, pero su
explotación acelerada está acabando con todas las provisiones, generando una extendida preocupación pues en una sociedad
como esta es casi inimaginable dejar de llevar el estilo de vida que hasta
ahora se ha llevado. El problema es aun mas graves si se tiene en cuenta que el petróleo es una composición básicamente de
hidrocarburos que al hacer combustión genera gases de efecto invernadero, lo
que lo hace el causante principal del cambio climático.
Motivados por estos
problemas, científicos de todo el mundo apuestan por el uso de la energía
nuclear como medio para obtener energía eléctrica, mecánica y térmica, la que
aparentemente es la solución perfecta para el desequilibrio energético y
ambiental que se está afrontando en la actualidad, pero ¿Es esta la solución adecuada, es beneficio
para el ser humano, el planeta y el medio ambiente, o por el contario
representa un peligro potencial para la vida tal y como la conocemos? Este tema es muy polémico, importantes hombres
de ciencia debaten hoy el tema de las ventajas y desventajas que presenta la implementación de esta forma de de
producir energía.
El argumento fundamental
de quienes apuestan en pro de la energía nuclear es que esta es la única forma viable de salvar
el planeta y la humanidad de una destrucción inminente debido a que el
calentamiento global se detendría
considerablemente, pero esto es una generalidad que no permite ver el trasfondo
desolador y los daños irremediables que acarrea esta decisión.
James Lovelocken científico y autor de la teoría de 'gaia' en una
entrevista concedida al periódico EL MUNDO afirma: “La energía nuclear es la única opción para el cambio climático… Una
gran ciudad sólo puede mantenerse si tiene un suministro fiable y constante de
electricidad. Entonces, ¿qué es lo que nos queda aparte de la energía
nuclear? Ni el sol ni el viento pueden garantizarnos un suministro
constante. Yo nunca he sido un defensor fanático de la opción nuclear, pero
considero que es fiable, segura, económicamente viable, y eficaz.” Es irónico que un personaje tan preocupado por
el futuro de la humanidad promueva el uso de esta energía, en lugar de
incentivar el uso pacífico de energías renovables como la eólica, geotérmica, hidroeléctrica, maremotriz, solar, undimotriz y la biomasa de las que haciendo un uso racional se obtendría lo necesario para
suplir las necesidades de la sociedad contemporánea; es muy cuestionable que
haga afirmaciones tan trascendentales aun cuando las consecuencias de la
utilización de este tipo de mecanismos productores de energía son tan tangibles.
Si bien es cierto que la emisión de co2 reduciría considerablemente, las aseveraciones
de fiabilidad, seguridad, viabilidad económica planteadas por Lovelocken son fácilmente refutadas por las muchas
evidencias a las que tenemos acceso que muestran el innegable peligro inherente
a la energía nuclear.
La energía nuclear representa un riesgo plausible para todo ser vivo,
como podemos apreciar en un artículo periodístico publicado por Andrés Guevara
Borges en el periódico EL TIEMPO.COM en el que cuenta algunas particularidades
sobre el accidente nuclear ocurrido en Chernobyl. El nos cuenta que la
explosión del reactor 4 liberó 200 toneladas de material contaminante con una radiactividad
equivalente 500 bombas atómicas como la de Hiroshima. Nos cuenta acerca de los
daños ocasionados en esta zona, ya que se hasta la economía fue afectada al
tener que suprimir la explotación en 784.320 hectáreas de cultivos y en
otras 694.200 de bosques.
“Según datos de la organización de
voluntarios, Chernobyl's Children International sólo en Ucrania cada año nacen
6.000 niños con deficiencias de corazón y deformaciones, mientras que los defectos
congénitos aumentaron 8 veces desde 1986… se estima que decenas de miles de
niños sanos tienen hoy marcadores genéticos cuyos efectos a largo plazo no se
pueden predecir.” (Guevara, 2011)
Reemplazar el uso
de combustibles fósiles por energía nuclear seria el ejemplo perfecto para
aquel dicho “Es peor el remedio que la
enfermedad” pues el accidente
nuclear de Chernobyl a pesar de ser solo uno entre los accidentes de este tipo
que han ocurrido, refleja la magnitud de las consecuencias de una catástrofe
evitable pues para los científicos no es un secreto el potencial de destrucción
de la fusión y fisión de núcleos atómicos. Apoyar la producción de energía
nuclear es un acto de irresponsabilidad porque el peligro, los costos y el daño
al ambiental son un efecto inherente de este de prácticas.
Los residuos radiactivos
tienen dos características fundamentales peligrosidad y durabilidad lo que
indica que químicos altamente tóxicos y nocivos para la vida estarán emitiendo
radiación durante miles de años. En la actualidad la gestión adecuada de estos
desechos genera mucha discusión, pues las centrales nucleares y gobiernos a
favor plantean que la solución consiste en almacenarlos según su nivel de actividad, ubicándose en la superficie las
menos activos y los de mayor actividad acumularlos de forma que se garantice su
aislamiento y confinamiento siendo el almacenamiento geológico profundo el más
usado a pesar de no haberse demostrado su efectividad por periodos lo
suficientemente largos, lo que lleva a pensar que unos cuantos quieren lucrarse
del negocio pensando en su propio bienestar, pero no están pensando éticamente,
pues no es justo con las futuras generaciones dejarle toneladas de químicos
mortales como herencia, cuando la primera preocupación del estado, de la
ciencia, la tecnología y de la sociedad en general debería ser conservar el
planeta en optimas condiciones para las próximas personas que habitaran en el,
para nuestros hijos.
Hay un tema que no
es tan controversial como el anterior pero que es igualmente importante, el
aumento de la aparición de cáncer probablemente relacionado con la
radiactividad y malformaciones genéticas observadas en algunos seres vivos. Según
Gero Reuter y Enrique López en un
artículo publicado por el DW (Deutsche Welle, en español: onda
alemana) servicio de radiodifusión internacional de Alemania un grupo de científicos de ese país realizan
investigaciones con el fin de encontrar la relación entre una exposición a
radiación menor pero constante, normalmente considerada poco dañina con la
incidencia de leucemia en niños y la disminución del número de nacimientos de
mujeres. “Un estudio de la Universidad de Maguncia estableció que entre
120 y 275 menores de edad que vivían cerca de una planta nuclear, contrajeron
cáncer en el lapso que va de 1980 a 2003”. El físico y radiólogo
Alfred Körblein tras analizar diferentes
estudios realizados en Francia, Suiza e Inglaterra llegó a la conclusión que la
exposición prolongada a bajos niveles de radiación aumenta el riesgo en niños
de padecer cáncer, lo cual es preocupante. El desplazamiento de género por
radiación también ha sido motivo de importantes investigaciones en las que los
resultados en sido claros “el científico Hagen Scherb y su equipo
encontraron que en zonas de hasta 40 kilómetros alrededor de plantas nucleares,
nacen casi diez por ciento menos mujeres”. Otro efecto de la radiación en
seres vivos son las mutaciones genéticas, que producen malformaciones. En el
Emol fue publicado un artículo donde indican los resultados de investigaciones,
que reflejan el grave daño ambiental ocasionado por
el accidente nuclear Daiichi en Fukushima, en
el cual mariposas azules
de la familia de las Lycaenidae sufrieron mutaciones en sus alas y ojos por
estar expuestas a la radiación con una incidencia que aumenta proporcional a
las generaciones que se suceden. Estos son solo algunos de los efectos de la
energía nuclear, cuya mención se hace con el propósito de dar una idea de la
magnitud e importancia de la decisión de utilizarla o no, pues están en peligro
todas las formas de vida que hay en nuestro planeta.
Son
muchas las promesas que hay alrededor de este tema pero en realidad solo basta
con informarse un poco de los mucho estudios que se han hecho al respecto para
darse cuenta que los beneficios que puede traer la energía nuclear no son nada
comparados con el daño ambiental que puede causar, la mejor solución para la crisis
energética que atraviesa el mundo es la concientización civil y una mayor
inversión del gobierno en energías renovables, amigables con el medio ambiente
que suplan las necesidades básicas de todo ser humano sin exponer tan
cruelmente la vida del ahora y del futuro.
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