Por: Alexandra Londoño Marín
La
ciencia como todo arte es curiosa, busca innovar, considerar posibilidades,
experimentar y por naturaleza tiende a mudar conocimientos y teorías
constantemente.
Entre los objetivos de la ciencia esta la búsqueda de la verdad,
probar toda hipótesis o conocimiento es su base, y comúnmente divulgarla al
mundo para saciar lo mejor posible, la mente escéptica del hombre moderno y
aportar al mejoramiento de la calidad de vida es su fin. Los científicos experimentan
hasta donde les sea posible, hoy en día se tiene muy presente que la búsqueda
de un conocimiento tiene unos límites, que son impuestos tanto por la ética y
la moral personal como por la profesional, cuyos principios trazan la frontera
de lo que está bien o mal en la búsqueda de una verdad o en la ejecución de una
acción.
Los aportes científicos han contribuido en
su mayoría al mejoramiento, mantenimiento y prolongación de la vida, sus
investigaciones han llevado a la materialización de soluciones muy efectivas
para curar enfermedades, prevenirlas, o simplemente potenciar una buena salud y
estética. Todas las investigaciones, proyectos científicos y productos industriales
de uso humano, antes de salir al mercado o al servicio de la comunidad son sometidos
a un diagnóstico de prueba donde se evidencia la calidad y efectividad del producto
final, los científicos en este punto del proceso tienen como objeto principal
de experimentación pequeños mamíferos, como: conejos, ratones, gatos, perros,
monos entre muchos otros animales, similares o no al humano. Frente a estas
acciones, hay científicos y entidades que toman conciencia y respetan la vida
animal, son muy limitados al momento de trabajar con ellos, dejándolos como
última opción para experimentar y evitar cualquier daño; somos conscientes que
la experimentación en una investigación es crucial para su éxito y para el
avance general de la ciencia y es muy positivo pero, todo es bueno y aceptable
siempre y cuando se tenga respeto por la vida, no se abuse, ni se torture al
animal; tristemente no todos los científicos, industrias o entidades, piensan y
actúan bajo los mismos parámetros éticos, hay algunos que experimentan
desmesuradamente con ellos, muchas veces innecesariamente y olvidan al parecer
que también son seres vivos, sensibles a los cambios y a los tratos como
nosotros, que el hecho de que no hablen u objecionen no significa que no
sientan.
La experimentación científica con animales
ha sido un tema controversial desde tiempos atrás, ha sido criticado y
justificado, ha generado partido con luchas a favor y en contra; por un lado
están los defensores de los animales que están en oposición a cualquier
maltrato contra el animal, que defienden
que no hay justificación alguna en dañar animales para propósitos humanos; por
otro lado hay quienes justifican que estos experimentos son vitales para la
protección de los humanos e incluso para la salud y seguridad de los propios
animales y defienden que un animal puede ser usado para cualquier fin a nuestra
voluntad.
Hay una línea intermedia entre ambos que
acepta el uso de animales para experimentación pero, sólo bajo ciertas
condiciones, esta línea la representan los bioeticistas y una mayoría de la
población. Personalmente pienso que los animales son una gran ayuda para la
ciencia, cualquier prueba es muy aplicable a ellos, se convierten por decirlo así,
en el elemento principal que define el camino a la perfección pero, tal vez el
error más grave esta precisamente en que
por alcanzar la perfección, los científicos se cierran en la obtención de un
resultado, ignorando cualquier principio ético, olvidan que los animales son
sensibles y se exceden sometiéndolos a un montón de pruebas rigurosas, algunas
muy riesgosas sin ningún tipo de consideración o cuidado.
Los animales no son individuos al servicio
de la ciencia, son solo víctimas y esclavos de la mente humana, en este caso de
la experimentación científica.
“Descartes, comparaba a los animales con autómatas incapaces
de pensamiento y de conciencia, carentes de alma y por tanto, sin sensibilidad
alguna al dolor.”
“Desde el siglo XVI
los animales son usados como "conejillos de Indias" para conocer los
misterios del cuerpo, de la circulación sanguínea, de la conformación
fisiológica, pero también de los efectos de medicinas, venenos, sustancias y la
inocuidad de los procedimientos científicos e industriales.”
“En los laboratorios, los animales son usados
principalmente para los test de toxicidad (el test Draize, el DL50, el Test de Toxicidad Dermal y
de Toxicidad Oral; los estudios de Inmersión, de Inyección e Inhalación), en
éstos, los animales son sometidos a dosis letales de todo tipo de ingredientes,
a pruebas alergénicas y de irritación - ulceración cutánea, a pruebas de
inhalación e inyección de tóxicos, de armas biológicas y químicas, de
resistencia a la falta de atmósfera o gravedad, de medicamentos y fármacos, e incluso,
de alimentos para
animales de compañía.”(AnimaNaturalis.org. Portal
Hispanoamericano. Animales en
laboratorios, la problemática y cruel existencia de animales encerrados en los laboratorios
del mundo).
Difícilmente podemos evitar sentir rabia y dolor ante este tipo
de pensamiento y comportamiento; defender a los animales, rechazar el maltrato y actuar en pro de sus derechos,
ya es una misión para muchos.
El uso de animales con fines experimentales es aplicado a
campos de la ciencia como la medicina, la física, la biología, tanto en la
docencia como en la investigación y en grandes industrias como la cosmética, la
militar, la armamentista, la química. Sabemos que cada uno de estos campos ha
contribuido por mucho a la sociedad con los avances científicos y la
innovación de productos y tecnologías para
la salud, la seguridad, la belleza; pero, que hay detrás de tanta maravilla, lo
que tantos ignoramos, las consecuencias por la obtención de buenos productos
las pagan los más inocentes, los
animales; puestos a la suerte muchos son quemados, electrocutados, infectados
con enfermedades como: herpes, sífilis, sida, sometidos a muy bajas
temperaturas y confinados en una oscuridad total, sus ojos son extirpados o
irritados, sus cerebros dañados y sus huesos rotos, Son inyectados, obligados a
inhalar gas, envenenados y heridos con misiles de alta velocidad.
Hay que
Pensar si es justo y necesario llegar a tanto para la obtención de un conocimiento
o una verdad, experimentar es necesario, pero perder la razón y la sensibilidad hasta
el punto de hacerle tanto daño a un ser vivo no se justifica, para cualquier fin científico hay
que hacer un uso racional y ético del medio que empleemos para llevarlo a cabo.
¿Cuál es el límite?
En el
siglo XVIII se introdujeron cambios importantes en el pensamiento, surgió un “emotivismo”
moral que desarrollo una mayor sensibilidad hacia el dolor animal y en 1831
Marshall Hall un medico y fisiólogo ingles, propuso cinco principios que debían
gobernar la experimentación animal:
1. La experimentación no debe
realizarse si la observación puede sustituirla.
2. Ningún experimento debe ser
realizado sin un objetivo claro.
3. Los científicos deben estar bien
informados acerca de los experimentos de sus colegas, para evitar repeticiones
innecesarias.
4. Los experimentos justificados
deben llevarse a cabo con el menor dolor posible.
5. Cada experimento debe realizarse
bajo circunstancias que den lugar a los resultados más claros y eviten la
repetición de los mismos.
Estos
son en esencia los mismos que vemos propuestos en la bioética actual y que a su
vez han sido codificados en leyes y estatutos a escala internacional.
William Russel (zoólogo y psicólogo) y Rex
Burch (microbiólogo) en 1959, introdujeron el principio de las tres Rs
(remplazo, reducción y refinamiento) que proponían el empleo de alternativas
que remplazaran el uso de animales en experimentación, que redujera su número
en un trabajo particular o que se refinara un método existente con el fin de
disminuir dolor o malestar al animal. Como
resultado de estos principios se han creado e ingeniado una gran gama de
técnicas (biológicas y no-biológicos) que pueden considerarse como alternativas
apropiadas en la experimentación.
Desde que el
mundo, en especial los científicos tomaron mayor conciencia sobre sus
acciones, se han constituido normas a nivel internacional y nacional que tratan
de mejorar las condiciones y tratos que se les da a los animales de
experimentación y fomentar un mayor respeto por la vida, estos plantean la
importancia de darle un trato cálido y humano a los animales tanto por justicia
y sensibilidad como por la viabilidad de los proyectos ya que, para obtener una
respuesta o reacción acertada de algún estimulo aplicado al animal es necesario
que él se encuentre saludable, cómodo,
limpio sin ningún grado de estrés o algún tipo de trastorno. “Afortunadamente sucede que los animales más apropiados
para la investigación científica son aquellos que están saludables, mansos,
cómodos y a satisfacción”. David Hume.
“Desde un punto de vista teórico, el estudio de las
responsabilidades del hombre hacia los animales es importante porque obliga a
replantear nuestras propuestos morales y porque promueve el desarrollo de
ideales éticos más amplios. Desde un punto de vista práctico, ese estudio
también es importante porque condiciona indirectamente el bienestar y tal vez
la supervivencia de los hombres mismos, pues es evidente que en este momento de
poderío tecnológico y crisis ecológica se hace necesario replantear la relación
del hombre con su entorno biológico que favorezca el desarrollo sostenible y
tenga en cuenta las generaciones futuras y la vida en general”. (www.bioeticaunbosque.edu.co. Afife Mrad de
Osorio.
Revista
Colombiana de Bioética • vol. 1 no. 1, enero-junio de 2006. 167-168. UNIVERSIDAD EL BOSQUE-DEPARTAMENTO DE BIOÉTICA)
“Otra
forma de enfocar la eticidad de la experimentación con animales y determinar
sus límites es la adoptada en 1964 por la Asociación Médica Mundial, reunida en
Helsinki. Esta declaró que la investigación biomédica en el hombre se debe
apoyar sobre el sólido fundamento de experimentos en animales cuidadosamente
realizados. En ello está en juego no sólo la justificación de los experimentos
en animales sino que se postula expresamente que, en determinadas
circunstancias, con el fin de una mejora de la atención médica de los
pacientes, servirse de los experimentos en animales como método de
investigación puede ser una auténtica obligación moral. Su utilización ha
supuesto y supone notables avances en el conocimiento de los organismos vivos,
en su fisiología y también en el estudio de las patologías. Siempre deben
buscarse técnicas alternativas, pero
cuando no existan o no sean lo suficientemente eficaces debemos contar con la
experimentación animal.”
“Así
pues, en la actualidad, es aceptado que los animales de laboratorio pueden y
deben ser utilizados como reactivos biológicos y ecológicos, en beneficio de la
Ciencia y la Salud Pública. Sin embargo, no se puede olvidar que se trata de
seres vivos, por lo que se les ha de procurar el mejor cuidado, reduciendo, en
lo posible, el número de prácticas experimentales”. (Aranda García Ana, Pastor
García Luis Miguel. Ética en la experimentación con animales. Bioética y ciencias de la salud, 4(3),
1-11.)
Siempre que se utilizan animales en investigación
habremos de considerar que un objetivo tan importante como el de obtener
resultados experimentales válidos será el de minimizar cualquier dolor o
angustia que éstos puedan sufrir y evitar la pérdida de vidas innecesarias.
Esto es importante tanto desde el punto de vista de la preocupación humanitaria
como para cumplir con los requisitos de la legislación sobre animales de
investigación y por rigor científico. ”Hay una correlación positiva entre lo
humanitario y la eficiencia científica -la buena ciencia es la ciencia
humanitaria.” Russel and Burch, 1959.
Hay
que mantener un equilibrio, interactuar con nuestro ambiente y los seres que en
el habitan, avanzar, trascender, sobrevivir sin necesidad de dañarlos o
perjudicarlos. Apoyo a la ciencia con conciencia.